martes, 20 de octubre de 2009

PUERTAS ADENTRO


Venido a menos me puse a sumar esas experiencias que se acumulan en el granero de la vida.
Empecé a separar el grano de la paja y a malas penas me quedó harina para una barra de pan.
Cuando nací el vecindario decía, este niño a venido al mundo con un pan bajo el brazo. O sea sé que a estas alturas sigo con mi hogaza haciendo cálculos, por más que afino las cuentas, los números me salen rojos.
Me detengo en el ecuador de mi viaje, aquieto los vaivenes de mis latidos y aspirando el aire del mundo me digo, soy un cero en el centro, un infinito abarcable de nadas...
De venido a menos me siento ahora después de un balance, un número neutro que no primo. ¿ Qué hago ahora ?. Voy a bajarme de la noria de los días, donde el premio es un pan por vuelta y con el que tengo bajo el brazo, aventurarme en algo extraño, que llene el vacío aunque solo sea de excitación y en ese adentrarse verlas venir, a pesar de poder morir de hambre en el intento. Seré un hombre tan valiente como aquel primer mono que harto del árbol puso polvareda sobre la tierra, sobre su huida...

2 comentarios:

  1. Entrañable y valiente escrito.

    ResponderEliminar
  2. Panadero, estoy de acuerdo contigo. Este escrito es entrañable y valiente. Es cierto que la valentía constituye un atributo capital en la vida del hombre porque nos separa de los animales. El Otro no es que no sienta miedo, porque es tan, pero tan sensible que no dudo de que lo sienta. Lo entrañable es que "lo dice" a pesar de sentirlo.
    Alguien dijo: Vale más la lágrima de un valiente que la sonrisa de un cobarde.
    Gracias Laurence por dejarnos compartir a ese gemelo tan tierno que llevas dentro de ti.

    ResponderEliminar