" Locos que olfatean como desandar caminos predestinados. Dementes que degustan el delirante sabor de un dolor servido a la carta.
Conjeturas inacabadas, sin tierra ni raíces donde crezca el deseo idílico, ese anhelo que engendra la voluntad de una coherencia. Una invitación al orden establecido, con ese margen de libertad que da la norma."
Así cavilaba Eusebio el psiquiatra, después de la última consulta que había mantenido con el paciente Avelino Cantero... el adolescente que hablaba con los pájaros.
- Doctor anoche a las doce me volvieron a salir alas. El ángel Gabriel me las deja para volar sobre los caminos, y así ver a los hombres como enanos a vista de pájaro. Me siento grandioso.
- Avelino, ¿ te produce dolor físico esas alas que salen de tus costados ?.
Conjeturas inacabadas, sin tierra ni raíces donde crezca el deseo idílico, ese anhelo que engendra la voluntad de una coherencia. Una invitación al orden establecido, con ese margen de libertad que da la norma."
Así cavilaba Eusebio el psiquiatra, después de la última consulta que había mantenido con el paciente Avelino Cantero... el adolescente que hablaba con los pájaros.
- Doctor anoche a las doce me volvieron a salir alas. El ángel Gabriel me las deja para volar sobre los caminos, y así ver a los hombres como enanos a vista de pájaro. Me siento grandioso.
- Avelino, ¿ te produce dolor físico esas alas que salen de tus costados ?.
- No doctor. Me confiere el poder divino y me dota del lenguaje de los pájaros.
- Avelino ¿ estás tomando la medicación ?
- No. Es incompatible con las alas.
- Vamos hacer una cosa, te voy a recetar otra medicación, para eliminar cualquier atisbo de dolor en el alma y a la vez te puedan salir cada noche las alas del ángel.
- Muy bien doctor.
-Enfermera.
- ¿ Si, doctor ?.
- Hágame pasar a los padres de Avelino...
!Ojalá fuese cierto que un señor psiquíatra tuviese esos pájaros en su cabeza de cada persona volada que observa!Más bien,éncontraríamos bobinas de lana grises
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