lunes, 26 de octubre de 2009

La Maruca.


Muerde, su escasa arena, las rocas que la tapizan y en bajamar se hace sólida en mareas.
Los barcos, a duras penas, recuerdan su esencia….si era la de navegar o clavarse en el fango por miedo y cautela.
Las algas secan de jugo su salitre, tumbándose a la siesta entre toallas pétreas y caracolillos con aletas.
Olor a mar en mis maneras, mientras fumo en pipa, me cuento una historia de piratas a barlovento.


1 comentario:

  1. Por encima del ajetreo del mundo y mientras la marea se repite como las volutas de humo de tu pipa, es una maravilla que la mirada acerque un paisaje para aprehenderlo casi en una dimensión olfativa.

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