miércoles, 29 de abril de 2009

Un poco más de John Harray.


“First we take Manhattan, then we take Berlin”, cantaba una tigresa reencarnada en mujer, en el hall del hotel “Regency Court”, cuando John y Dorothy entraron por el vestíbulo. La exquisita decadencia de Leonard Cohen susurrada por una mujer casi imaginada, como una alucinación de cataratas en medio del desierto. Para otro momento será el alojarse en el hotel, entablar una discreta entrevista con Dorothy, llamar por teléfono al marido de la señora Parker, en otro rato se verificará la estancia del susodicho en tal hotel; existirá una nueva era donde, John, solo sea búsqueda e indagación…..ahora toca sentirse extasiado por esa melodía que corretea por sus oídos, faenar por el bar y navegar, con su codo, por la barra.

DANZA


Unos peces serpenteando
vivarachos hasta tus ojos,
solo surcan de colores
ese espacio hacia tu tiempo...
Un contornear de guirnaldas
estampadas,
armoniza los vaivenes
que intimidan a los amantes.
Es un secreto a voces
que giramos de deseos
entre paso y paso,
somos un trance de danza
orbitando sin accesorios.

martes, 28 de abril de 2009

Más de John Harray.


Se despertó con burbujas de aire en la cabeza, era una sensación tan familiar que ya no le sabía a resaca, más bien todo lo contrario, los pocos momentos de su vida en los que la sangre no teñía el alcohol de sus venas eran sus estados ebrios. John había aprendido a vivir al revés, un encefalograma plano dibujaba el estado de sus emociones. Recordó haber aceptado el caso de la señora Parker al ver un gurruño de billetes ocultos en su puño. Dos mil dólares sudados por el contacto, dos mil dólares arrugados y hundidos en la palma de su mano, la dirección del hotel donde se hospedaba el marido de Dorothy y el número de su teléfono móvil. John sabía que eso no era suficiente para empezar, necesitaba más datos, una pequeña biografía del sujeto a buscar….nombre de sus amistades y enemistades, sospechas de infidelidad, negocios turbios, en fin…..lo normal en estos casos tan anormales para la mayoría y tan cotidianos en su vida. Parecía el típico asunto de un hombre que huye por la razón que sea y la necesidad de conocer esa misma razón por parte de su mujer. En realidad todos los casos son el mismo, siempre buscando razones.

Apenas eran la seis de la madrugada, John asaltó la nevera con tragos de zumo. Se hizo café mientras pensaba en lo lejos que está de Arkansas, la idea de recorrer miles de kilómetros le gustaba tanto como detestaba volar, lo cual convertía la distancia en mayor. Al ver parpadear la luz roja de su contestador le hizo recordar el motivo de su repentino despertar…….había un mensaje de Dorothy Parker que decía: “Señor Harray, lo he pensado mejor y quiero ir con usted a Arkansas, no creo que pueda permanecer aquí impasible sin sufrir una crisis. Me pondré en contacto con usted avanzada la mañana para concretar la partida, siento la hora tan intempestiva de la llamada, pero creí conveniente avisarlo antes de que fuera demasiado tarde, un saludo.”

John no creía que el tiempo volase, al menos no en los aviones donde todo queda suspendido en un oasis de dimensiones. Todo parece quedar en pausa y esa idea de ingravidez le corroe por dentro, por eso detesta volar…..por no ir con el tiempo. A su lado mirando por la ventanilla, la señora Parker, utilizaba sus manos como alas sobre el paisaje, parecía ella la que sustentaba el avión. Un vaso, de plástico transparente, cargado de bourbon sujetaba a John del pavor. Echaba tragos cortitos, saboreando el fuego líquido de su textura a través de la garganta. El cielo empezaba a pertenecer a Arkansas.

lunes, 27 de abril de 2009

John Harray.


- Jamás me interesó la vida privada de la gente, por eso soy detective.

Sentenció John Harray a su clienta, sin dejar de mirarla. Sin pestañear ni un ápice, siendo consciente de su excesiva hidratación ocular y el consiguiente encharcamiento de su mirada. “Ojos blandos” le decía su madre cuando le intentaba sondear el corazón. Fijó su mirada a la de ella por pura vanidad, lo que pretendía era seducir instantáneamente a aquella dama de porcelana china con su hierático magnetismo, que algo más le supiera a hembra, no solo su olor a mujer imposible. Quiso robarla a punta de pistola una fugaz sonrisa para enterrarla en su estómago de por vida y, una vez allí, perecer hundida entre alcohol y comida rápida.

Dorothy Parker, no sabía nada de su marido desde que se fue a Arkansas para asistir al foro odontológico anual, al que no faltaba desde su origen. Jamás, desde que se conocieron, dejó de avisarla en todo momento sobre su situación. Era incapaz de sorber aire sin preguntar a su mujer si eso es respirar. Por eso, Dorothy, sabía que algo le había ocurrido. Ni los hospitales, ni la policía supieron descubrir la causa de su repentina desaparición. John era la última posibilidad de encontrarlo, no por su aspecto de policía enfermo, sino por el manejo de su mejor arma…..pensar y sentir como nadie lo hacía. De ahí que en sus treinta y siete años de profesión, nunca dejó de resolver un solo caso, su leyenda era su hogar y en él habitaba, casi huía de sí mismo para cobijarse en su fama, para no ser visto y que alguien detectase un mínimo rastro de vida. Más hermético y blindado que una bola de acero maciza, siempre diluido tras una cortina de humo y un continuo aroma a bourbon añejo.

sábado, 25 de abril de 2009

¡ LAVADORA !!!


Lavadora mía,
dado blanco que lavas mis impurezas,
miembro familiar que me hablas
aséptica de vueltas.
Rubor de susurros metálicos,
espasmos vibratorios
hasta el vómito sucio,
yo te observo lavadora
de un solo ojo.

viernes, 24 de abril de 2009

DEDICADO A YO MISMO CON MI MECANISMO


Sospecho que acechas sin agresiones los submundos que nos hacen seres, con pinceladas de lírica en los abruptos corazones, depositando ternura en la fuentes del saber. Un dromedario de risa perdida en el desierto me habla de tu existencia...
Sin saber de mis búsquedas, sin entender que pueden haber otros mundos en un centímetro de mi piel, bajé inducido, centrifugando espirales, perdiendo los hábitos en el transcurso, viajando por la desnudez del tiempo, hasta poder por fin mis nudillos golpear suaves la puerta de ese mecanismo que te tiene y te lleva.

jueves, 23 de abril de 2009

MECANOS


Esas puertas que se cierran de gritos
en el golpe...
Esos cuerpos que andan mecánicos
y sus pensamientos se van volando
más allá de sus cráneos,
más allá de las aceras que bordean las calles,
sin citas al volver,
solo se camina.
Andar ciudades ocultas en tu retina,
muy adentro de las afueras
todo vive mecánicamente,
en movimiento.

martes, 21 de abril de 2009

LA CASA QUE MIRA LA VÍA



- Fede, cuando salgas del colegio, pasate por la floristería que Eduardo tiene preparado el ramo de tu padre. Le dices que ya se lo pagaré el viernes. ¡Venga date prisa con el desayuno que vas a llegar tarde!.
Fede untaba de mermelada la crugiente tostada que Josefina le preparaba todas las mañanas, con ese empeño tierno de madre universal y perpetua.
A sus doce años Fede era consciente que ya nada sería igual después de la inmensurable pérdida. Mañana hará un año desde la ausencia de su padre que se lo comió el tren cuando la hora de las brujas...
En la casa que mira la vía era un tabú hablar de aquél trágico día. Para Fede su único desahogo era su amiga la psicóloga de asuntos sociales, con ella todo era diferente, sentía en su compañía como si se abriera una puerta y entrara la luz para airear su alma.
Fede sabía de la existencia de una carta de despedida dejada por su padre y quería leerla a toda costa. Su amiga la psicóloga le pedía paciencia y un transcurrir de tiempo hacia la madurez. Un día tu madre cuando lo vea conveniente te la dejará leer, tendrás que centrarte en los estudios y cuidar de ella que es la que más te quiere en este mundo.
- Fede, terminate las tostadas que ya pasó el tren de las ocho, no te confíes, no vayas a llegar tarde a la escuela.
- Sí madre.
Lo vió salir con la mochila cargada a la espalda, cruzar la vía del tren, con paso decidido sin volver la vista atrás para el efímero y último saludo.
Se sintió segura contemplando a su hijo y pensó en la grandeza que florece a instancias del dolor, los desgarros empezaban a cicatrizar; el mundo lo forma la vida, la vida es sentimiento en un escenario que no analiza las emociones de los seres...
Josefina volvió a su escritorio, con la llave que siempre llevaba colgada a su cuello abrió el cajón y de nuevo revivió el fatídico día, buscando una razón liberadora de su pesar, ante tanto caos, buscar una coherencia en lo demencial.
Josefina no te culpo, no me culpes...
Aquí estoy van a dar las doce de la noche, la estación está fría, no transita nadie, el banco que me sostiene es de metal, se me hielan los glúteos hasta los huesos, mi letra es temblorosa por el helor reinante. Lo sustancial de mi espera carece de importancia, los motivos son mi secreto.
Saco un cigarro, las manos siguen temblando por el frío, no por el miedo metálico que me devorará a las doce si no viene con retraso.
Me siento como "sólo ante el peligro", pero diferente, no vendrán unos forajidos a matarme, ni yo podré defenderme... ¡sólo son películas!.
Enciendo una cerilla que da la vida a mi último cigarro, mi cuerpo sabe lo decidido y goza de su definitva dosis de nicotina, ¡que placer!.
El por qué estoy aquí, Josefina, no lo sé. Ahora llovizna, me levanto del banco, miro las vias del tren , un rail me atrae más que el otro, la senda del gusano metálico es estrecha, la anchura que separa un rail del otro es más corta que la largura de mi cuerpo.
Quedan tres minutos, se oyen ruidos, mis oidos me avisan de su cercanía, apuro mi cigarro, el mejor de mi vida, te escribo con celeridad, no tengo miedo...
Lo siento pero no me acuerdo de nadie en especial, por el cual desistir de este acto de libertad. No hay lamento ni quejas, nunca fui libre en la medida de mis deseos, solo lo siento por el maquinista, aunque el hombre ya estará acostumbrado a estas cosas, lo soportará contandolo en el café con pelos y señales la recogida de los despojos a sus amiguetes, será el centro de su pequeño mundo tabernero.
Ya viene, con su luz de faro horizontal, te tengo que dejar.
Josefina tomó una decisión, cogió un mechero y con la lumbre quemó su cruz de papel, diciendose para sus adentros: "no te mereces llevar el nombre de tu hijo. Federico, para mí has vuelto a morir, no queda memoria para el recuerdo".

Este relato se lo dedico a Ana Castillo.

Roca vencida.


Solidifico la mar con mi manto. Soy roca y rocoso transformo mi entorno, primero seduzco a las olas con vaivenes de espanto, convierto su fuerza en espuma para, después, ser reina de piedra en resaca, alubión de caminos en costa y quebrantos. Soy roca, soy diosa de aguas, de ríos y mares.
Pero siento un acoso en mi carne de piedra, un verde de agua se burla de ella, cicatriza mi paño con musgo empapado y me cubre su costra vencida en ocaso. Soy roca líquida que paga su orgullo con piel de abrigo encharcado.

CARNAZA


Carnaza para el hambriento,
que aplaca mi nervio animal,
silencios que sedan instintos,
dulce tacto de consuelos sin pañuelos,
no hay aspereza en tu abrazo,
hay un rubor sentido
como un elixir de gotas..
Toma carne de mi carne, alíñame la sangre,
quiero ser el festín de tu vida, devórame.
Soy ese niño que ronronea gatos,
una carnaza naúfraga para el tiburón perdido,
un mudo que ama.




Blade Runner versus Ferrán Adriá.

"Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais... atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir."
Replicante de Blade Runner.


“Yo…he visto morsas que vosotros coceríais….flanes con nata en llamas más allá del fogón. He visto callos brillar con una copa de coñac cerca de la encimera Teka. Todos esos alimentos se cocinarán con nitrógeno, como lánguidas alubias. Es hora de freír.”
Bien podría ser un comentario de Ferrán Adriá al equipo de Santi Santamaría.

De tío a sobrina.


Soy un conjunto de pieles aún por descubrir. Capas y más capas de una misma persona, que la vida permite vislumbrar con cierto tacto y en eso ando……vislumbrándome a mí misma.
He dado un par de ausencias a mi capa Americana, para trasladarme temporalmente a Madrid y estudiar lo que amo, lo que me mueve en mi corta vida y cada día descubro como un archipiélago de islas doradas, como un vergel que me fascina recorrerlo, en el que me siento aventurera de mi propio viaje.
Actuar es intuirme, viajarme, sondearme por dentro y por fuera y descifrar distintas capas que me cubren. Hay tantos vacíos que cubren propuestas como hartazgos que suplen ausencias. Me siento inmortal en esta danza sin fin……una interpretación cobija a otra y ésta da la mano a otra más y así hasta formar una cadena eterna, que no llego a concebir, salvo transformándome en el puñado de impulsos, emociones y rabia que requiere la esencia metálica de cada eslabón.
Contenida, impulsiva, energética, serena, triste y alegre, guapa y fea….todas están en mí, no necesito acopiarme de ninguna capa nueva, tan solo desvelar la precisa para embadurnarme de ella y plasmar la idea concreta o inconclusa de un personaje que fluye ingrávido en mis adentros.

lunes, 20 de abril de 2009

A LA ANUCAQUITAPENAS


Las velas arden en los templos, quemando almas paralíticas. LLoran cera los ojos de los ministros...
Ojalá que alzado sobre el vértigo que produce las crestas, carente de oscilaciones, asentado en las alturas del sentimiento que anida ausente del mundanal ruido, pueda sin mesura abarcar la grandeza que amanece de astros, detrás de la trastienda que con tu gesto altivo balanceas.
Planeo desde tu corazón hacia las nubes desafiando a esos ícaros infames que sueñan abrazar la inmensidad, en sus vuelos ocluidos de suicidios...
Anhelo lo eterno sólo si te comparto. Añoro la fugacidad si te ausentas.
Abarco emocionado los lindes hacia tu ser, sin medidas, ni espacios, ni leyes; el universo se expande dentro de tu mirada.

Domador de palabras.


Un energúmeno me crece dentro y lo callo y lo aplaco…..al menos de momento. Silencio a la bestia con un taburete y látigo de esparto. Quiere devorarme con palabras convulsas e indomables. Me intenta abrir la boca para emerger de ella en toscas provocaciones, absurdo animal que amarro a conciencia. Amanso su furia con una sonrisa. Atento, escucho en silencio y se queda dormido. Dentro se queda el ruido de luces que resta de sepia mi tenue promesa.

Colegiata.


Me enclaustro en la rugosidad de mi piedra para otear sin ser visto. Curioseo vestigios de otros claustros y me contagio de su espiritualidad. Pasean monjes conversos por mis patios y cantan a coro mi peregrinar.
San Martín de Elines cobija nuestro encuentro de románico aún por domar….

El arca de joé!!

Tengo una selva de animales raros en mi ser. Un avestruz temerario, una hiena malhumorada y un cocodrilo que no sabe llorar. Tengo un tarzán con corbata y maletín que con Chita se quiere casar. El minotauro es el encargado de proteger la selva para que nadie acceda sin invitación previa, pero está de baja por anemia.

viernes, 17 de abril de 2009

CIRCO


Un ambiente postizo
de payasos que hacen llorar
bajo una carpa de pendones...
Es un circo dantesco
poblado de niños viejos
y eternos,
que se comieron sus ojos
con cal y salfumán.
Allí están en la prisión de lona,
quietos en un horror de color.
Sellados a sus sillas
añorando el exterior
un mundo que no conocen.

El último aliento de un guerrero.


Presenciar el último aliento de un guerrero es bañarse en agua bendita y quedar bautizado de herida. Es donar un trozo de vida para que more inerte en la ulterior exhalación. Desde ese conciso momento uno es más en menos. Eterno y perecedero parecen darse un abrazo….y se funden…..y se sumergen mezclándose en aire caduco y se quedan encerrados para un siempre inconcluso……para un siempre finito; y un presente continuo empaña de vaho tu ánimo cada vez que recuerdas el último aliento de un guerrero.

MATERNA CANTABRIA


He visto vacas y ovejas
"praos" y un perro pastor,
he oido los silbidos
de su amo al atardecer...
He andado por los hoces
siempre turbias de nieblas.
He visto del cedro
como los castros me seducian
con fuego y tribus...
Yo en el peñasco
inerte como roca,
emulando al monolito,
miraba al pastor contar su rebaño,
contemplaba inmóvil
el transcurrir lento de la fugacidad.
extraido del poemario Soliviantan.

GRACIAS MECANISMO POR LA DEDICATORIA ,

GRACIAS TAMBIEN POR TU PRESENCIA-ESENCIAL...

EL OTRO DESDE ALLA.

jueves, 16 de abril de 2009

Dedicado a "EL OTRO".


No sé si voy o vengo o, todo lo contrario, me quedo parado. No tengo ni idea si es la carretera la que se mueve y yo con mantener el equilibrio me resulta suficiente. Si es el mundo el que navega, si mi cuerpo diligencia, si me nacen alas en los pies y vuelo sin querer, ignoro si una nave nodriza amamanta mi quietud y sirve a mi andar de ataúd. Si relleno colorines con mis pasos, si levito en este firme de adoquines o si soplo con violencia este correr que es parar sin mirar atrás.

FERNANDO


Un cigarrillo humeaba placer en los gruesos labios de Fernando, mientras su inmenso culo ya escuchaba el canto de sirenas de las tripas. La acción se desarrollaba en un retrete angosto, embutido en un habitáculo reducido, con una rejilla de ventilación que no cumplía en su tamaño, las medidas exigidas por la legislación vigente.
En la primera evacuación de las "aguas mayores"el aire aún era respirable, Fernando se percató que la brasa acariciaba caliente el inicio de la boquilla. Apartó el filtro de su carnosa boca a la vez que su esfinter se dilataba hasta liberar esa criatura gaseosa atrapada en el caudal sólido de sus residuos. La mezcla en ese medio ambiente intimista y las brasas del fumeteo fueron el detonante de la explosión, los labios de Antonio se desperdigaron por el suelo deflagrados como si fuesen luciérnagas, se llevo la mano a la boca y solo palpó dientes... perdió el conocimiento.
El incendio del retrete del tercero en poco tiempo se extendió por toda la finca, ocho horas tardaron los bomberos en poner fin a este dramatismo...
Fernando con quemaduras del setenta por cien en su cuerpo , en la unidad de quemados, consciente y postrado lloraba desconsolado por la muerte de los vecinos del octavo... Decidió por fin dejar de fumar. Era el momento.

moraleja: " Si te tiras pedos no fumes y menos cuando cagas".

LA MUJER DEL ESPEJO


la entrada a ese cuarto era un espejo donde la gente se miraba sin ver el zulo detrás de su reflejo. Allí estaba ella, amordazada de manos y pies, en postura fetal, humillada en su encierro solitario.
El cutre catre que sostenía su cuerpecillo era de color marrón tirando a un tono beige pero un poco más claro. Ella observaba las nucas de las personas reflejadas, cuando al mirarse así mismas se marchaban ensimismadas. Quería gritar pero su boca era un esparadrapo, de todas formas no le hubiera valido de nada, los oidos no saben mirarse en un espejo y menos aún oyen el silencio.
La desesperación de la rehén la corroía en una desagradable sensación, al comprobar que su cara para sus ojos; era un poema de cristales rotos. Las nucas de los mirones desertaron de los reflejos, aburridos de sí mismos se fueron arrastrando el tiempo del olvido...
Yo la ví allí adentro, cogí una piedra y la estrellé contra el espejo para liberarla. Cual fue mi sorpresa, la mujer murió a trocitos; era el alma del espejo.
Deambulé repleto de nada , como hueco en mi foro más íntimo, salvo aquel estallido a cristal que barnizaba mi pecho. Un ruido a silencio perpetuo, una huida frágil deslizada en minículos fragmentos que ahora arrojan de lágrimas mis ojos...
Me topé con su espíritu de bruces!!!,en mitad de mi cara, millones de destellos que anunciaban la partición y con voz de azúcar, sonriendo palabras, me dijo : " agradezco a la piedra que tomara tu mano y ésta la voluntad de tu mente. Me sirve tu gesto y me libera de esta prisión de reflejo ".

miércoles, 15 de abril de 2009

Tiempos de Croacia, amigo del alma y mala máquina de fotos.






La Riviera Opatija nos envuelve en su Adriático rocoso, un mar con vocación de isla, donde alguna huye, como Istra, para donar su individualidad a una solidaria península.
Pula derrite su historia fundiéndose en piedra calcárea, un anfiteatro moldeado con tesón toma rienda de nuestra vista….Roma pierde su triunfo en Pula, donde el Arco de triunfo de los Sergianos irrumpe en la plaza y se roza con arquitectura Veneciana y con retazos del imperio Otomano y éste con el Austro-Húngaro, mientras Roma firma su paso con el templo de Augusto.
El golfo de Lim es puerta de Rovinj, isla que transformó su cachito de mar en tierra para sentirse aún más bella. Empedrado que apunta al cielo, a ambas manos tiendas que compiten con museos. Cuanto más nos perdemos por sus enrarecidas arterias más seguros estamos de habernos encontrado. Roving es un lugar donde uno se queda un rato para siempre, donde el tiempo abandona su eterno paso y, prendado de emoción, se detiene para tumbarse en su pausa a contemplar.
Zagreb es capital también en cementerios, donde el culto por la muerte suena a vida y un vergel de jardines y mausoleos acunan cuerpos sin vida con suma cautela, el baloncesto yace a escasos metros de donde nos encontramos. Las campanas suenan a cañonazos, la zona alta se escapa del paisaje Austro-Húngaro y se enreda en siluetas barrocas, volteretas de blancos, rojos y azules representan un ajedrezado sentir, una mezcla de todo, un peregrinar de Dioses y razas se mezclan en un solo mirar transparente, en una sola silueta esbelta en un solo Eslavo del sur. Palacios y teatros amarillentos, circunvalados con jardines de ensueño, pululan la zona baja de la ciudad y entre vestigios y calles anchas un estruendo irrumpe la vieja capital para contrariar tanto ataque de belleza…..mi compañero de viaje eructa con eco, convirtiendo el entorno en una nostálgica taberna de barrio.
Cerca de Plitvice se encuentra un pueblecito herido de muerte en la guerra, agonizan casas a medio derrumbar, carros de combate y aviones destrozados delatan una guerra aplacada por el sentido común que aún late en cada gramo de la región. Cuna de la Karlovasko (buena cerveza o pivo, como así se dice en Croata), Pivo entre Pivos!!!
El parque nacional de Plitvice pertenece al patrimonio de la UNESCO y nuestros ojos son su testigo. Un paseo por agua nos lleva a un barco de paz que nos cruza un lago con escasas ganas de llegar. Recuerdo que me sentí más feliz que los patos que lo habitan, mi boca navegaba en sonrisa y una leve brisa me transformó en niño, por un momento creí tener flequillo…..alguien tuvo la suerte de perderse y disfrutar por un rato más de sus lagos y sus caminitos de tablas mientras nosotros nos bañábamos en las lágrimas de su hija.
La UNESCO lo declaró patrimonio de la humanidad, nosotros nos deleitamos contemplando la catedral de St. Jacobo en Sibenik. Los cipreses quisieron quedarse a vivir y no me extraña. Subimos al castillo de pacotilla que ofrece vistas sin par de la ciudad.
Entrar a Sibenik es como entrar a la casa de veraneo del emperador Diocleciano, pasear por sus pasillos y salas es visitar las calles y plazas de Sibenik, es bucear bajo el océano del siglo IV, es pasar del fresco con el que te viste la piedra al calor desértico de una terraza con efecto invernadero, es respirar cerveza entre imanes de nevera y postales trasnochadas. Por la tarde viajamos con el pasaporte en mano, una frontera tosca e ingrávida es la antesala de Mostar….Bosnia y Herzegovina nos espera con sus reminiscencias Turcas, el Islam se hace presente.
Y amanece con el calor sumado del día anterior y Mostar ya no solo parece una muela con caries. Hay puentes y calles que solo bajan y cuando las subes parece que vuelven a bajar, hay rincones estrechos en los que te abrazas a los vértices de unos edificios bombardeados, aceras irregulares que pisas con cierto desaire y entre todo ese nacimiento hermoso una ninfa Otomana con ojos rasgados me roza el alma, una mujer que habla con la mirada y observa con su boca Herzegovina.…….mezquita que aloja mis deseos más prohibidos. Puentes que custodian una ciudad con brechas aún abiertas, agua que cruza su oriente y refresca un aire poseído de magia. El río Neretv vierte tierras de cultivo a sus orillas y un pequeño oasis dentro se muestra a nuestros pies.
Un autobús de miradas bombardea Dubrovnik.
Todo un decorado real es Dubrovnik, tan puro e irresistible que necesitas tiempo para creer en su existencia. En el hotel nos invade un cierto agnosticismo, un no querer creer que sea tan hermoso, más aún cuando hemos visto lo que hemos visto……pero al entrar por una de sus puertas nuestra fe renace y nos quedamos asombrados en plena calle. “Perla del Adriático” es denominada, no nos queda otra que corroborar dicho tópico y hacernos pequeñitos ante tanta piedra hermosa, ante tanto gótico y renacimiento, ante sus iglesias y palacios y ante su muralla que nos sirve de escaleras para subir a un cielo despejado y cristalino, nos elevamos del tiempo y el espacio para ver un maravilloso mar de tejas rojas, de pequeños puertos que donan su estancia a veleros y botes, de calas donde los chicos se bañan en danzas Adriáticas formadas por olas y jarros.
Parece no existir lo feo, lo crudo e irracional, es como si Dubrovnik formara un paréntesis en plena Europa y a su oasis asistiera solo la belleza…..pero no, nada es así, todo tiene algo tosco, todo cielo tiene su infierno: unas putas camisetas llaman nuestra atención y las compramos sin desprenderlas del plástico que las separa de su cruda realidad, caemos en su trampa y ahora mismo están presas de por vida en alguna esquina de nuestros respectivos armarios.

martes, 14 de abril de 2009

EL SAUCE LLORON


Era otoño y Antonio veía desde su ventana como aquél sauce urbano lloraba sin consuelo sus ocres hojas de belleza moribunda y caduca... No podía sin más que identificar su virilidad con el deshojar de aquél sauce llorón.
El portentoso aparato reproductor, delirio antaño de las numerosas amantes que pasaron por él y repitieron glotonamente el balanceo viril hasta el levitar en múltiples orgasmos, estaba tristemente en el día de hoy fuera de combate, un colgazón hiriente para Antonio, la inmensa cruz que nadie quiere llevar a cuestas y menos él, al que siempre llamaron "Antonio, el pollón divino".
Su vida desde la disfunción erectil había sido un calvario de peregrinaje en peregrinaje a los mejores especialistas de la materia en cuestión. En el último especialista que visitó no le diagnosticó una cura pero sí una vaga esperanza derivada de una posibilidad emocional, un sentimiento llevado al extremo límite, el cual pudiera desbloquear su problema disfuncional...
Antonio compró maquillaje, recogió hojas caídas del sauce, adquirió pegamento especial que no irritara la piel, se encerró en el cuarto de baño y después de varias horas de trabajarse la imagen ante el espejo, se dió por fín el visto bueno.
Le costó salir de su casa, tuvo que vencer el miedo al ridículo, ya en las escaleras se cruzó con varios vecinos que se quedaron sin habla nada más verlo. Antonio sintió un cosquilleo interno, una pequña descarga eléctrica desconocida hasta entonces, algo parecido a una estimulación placentera.
Desde el portal de su casa hasta la boca del metro era el centro o la diana de las miradas alucinadas de los transeuntes que se cruzaban con él, ante toda esa expectación que iba generando en su entorno, Antonio se iba sintiendo renacer, notaba cierta caricia en la punta de la polla. LLegó excitado a la Puerta del Sol, buscó el kilómetro cero y se quedó inmovil emulando al sauce llorón.
Una pareja de lesbianas que pasaban por allí vieron un sauce llorón tembloroso y cutre hasta enternecerlas, echaron una moneda a sus pies sobre el suelo porque no había ni cesta, ni caja, ni nada que se le pareciera.
Antonio, ante el ruido metálico de la moneda se activó, se cogió el cipote más duro que el pavimento y no paró de menearlo hasta verse sumergido en el mayor y apoteósico acto onanista de su existencia. Las hojas adheridas a su cuerpo se soltaban del pegamento ante la magna vibración convulsiva... Antonio tuvo un orgasmo virulento a plena luz.

ESOS HIJOS


Fueron aquellas sardinas a la plancha las que deleitaron estómagos a la orilla del Cantábrico,
rociadas con limones de Novales, desprendiendo su peculiar aroma desde las espinas hasta
raspar nuestros olfatos, en una penetración perfecta de jugos gástricos y hambruna colectiva...
Fuimos cordones umbilicales en la cadena alimentaria, vida que dá vida desde los mares.
Metamorfosis plateadas en las escamas de las sardinas, ojos móviles que centellean en destellos,
en los azules mares. Un movimiento continuo fosforea en las retinas hasta el nacer de la sin razón
en el parir de una imagen sin preconcebir.
Desde el acto que libera hasta la expulsión de lo contenido hay una vibración emergente, donde el esperma devora microdistancias infinitas. En ésa carrera de la muerte donde el único se hace ser en la especie, en la raza; en ésa tribu expectante de vidas para un futuro que perdure sobre lo pasado.

Mientras chupo piedras...

lunes, 13 de abril de 2009

Lo que Ayrton Senna nunca dijo.


De derrota en derrota hasta la victoria final.


Me veo rendido mientras no me miro, a sabiendas de estar a punto de una victoria. Creo sentir, mientras peleo, un Abril con aguacero. Presiento, presumo y exhalo aire de una sola vez para hundirme entre mis muertos. Cabalgo a solas con mi ejército, observando la estepa dolorida. A un lado humo, al otro, manantiales secos decoran mi guerra. Solo me quedo……herido de vida en pleno desierto. Tullidos que gimen mi nombre a vigías ciegos dan pavor a mi pausa y, en el horizonte, un sinfín de caballos negros relinchan a coro!!!, de manos se ponen!!, arqueros en proa!!, nubes de flechas secuestran el cielo y llueven sobre mi pecho. Mi escudo, espada, coraza y templanza alivian de herida mi carne asustada. Volteo mi rostro y veo un caballero postrado en silencio, su casco en la mano…..una sonrisa de manto abriga mi calma…….ya huelo a mañana.

EL CULO.....ese universo sin aristas.




Al Geyperman con cicatriz...


Hiela mi fuego al ver tu herida, carita bonita. Un par de lágrimas corretean, vertiente abajo, tras las cuencas de mis ojos, carita salada y, entre sollozo y sollozo, el viento seca la humedad de mi rostro. Toco la herida, carita perdida, con las yemas de mis dedos para dotar de creencia tan mala apariencia. Me duele tanto tu llanto, carita quebrada, que reprimo mi pecho de ejercer entusiasmo, respirando concreto, insuflando despacio, cada brizna de aire que rescata mi ánimo.