viernes, 23 de octubre de 2009

"Clic".



Un sentirse Dios por un fragmento de tiempo tan pequeño, que anula cualquier viso de pecado. Un saberse creador de un paraje que solo es tuyo, sin miradas ajenas. Encerrar en un “clic” un cachito de realidad. Tomando las riendas de su luz con el obturador o fragmentando su imagen a mi antojo con el diafragma. Haciendo que amanezca de noche o anochezca a medio día, no importan las circunstancias que caprichosamente marquen la naturaleza, no en ese fragmento de tiempo en el que soy yo el supervisor del universo.
Tras el “clic”, todo vuelve a su cauce, mi mortalidad me renueva por dentro y por fuera hasta estremecerme, al mismo tiempo que recuerda a mi aliento su naturaleza precaria hasta el siguiente “clic”…

3 comentarios:

  1. Montar imagenes diferentes, que previamente han disfrutado tus retinas en la recreación de la contemplación y fundirlas en un todo tuyo... Si que le da a uno, margen para fantasear muy cerca de dios o de uno mismo. Esa sensación de eternidad enlatada entre una imagen de tu exclusividad creativa que desemboca hacia el clic, es a la vez la mayor liberación del artista en su limitación de tiempo y vida orgánica... Te lo digo yo, que puedo voar entre otras cosas. Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Todo héroe tiene su límite…

    ResponderEliminar
  3. Bellísima la toma, parece un cuadro impresionista. Y es cierto, la fantasía del artista da para todo. Para creer que un clic esclaviza a ese trozo de realidad, cuando seguirá predominando en su jerarquía como tal y será él, a pesar de la liberación tras la fugacidad de un clic, el eterno esclavo de la contemplación.

    ResponderEliminar