Me tiendo al sol y todo lo que se seca es mi escozor. Gotea mi piel vestigios de otro yo que encharca de agua la acera del tendal. Pinzas de colores cosen mis hombros a un alambre que sustenta mi ser. Mis axilas en flor dan la bienvenida a un viento cálido. Mi ánimo, tenso cual tripa de tambor, bailotea a ritmos del sur. Ligero, restriego mi costurón con un devenir fácil e hipnótico, grapado a conciencia en mi inconsciencia.
Me duermo despierto en mi tendal, hasta que una ventolera se lleva las pinzas a un norte cercano y al mismo tiempo distante. No tengo apoyo, el viento no orea, bajo mis pies mi yo destilado….me engulle, me atrapa y me funde.