sábado, 30 de mayo de 2009

BELLEZA SUBLIMINAL ( 8 )


Me cruzaba los labios con el índice de mi mano haciendo una cruz en mi boca cuando sentía las miradas de mis conciudadanos, como queriendo decirles: " Se mira pero no se habla... ". Además salía a mis nuevas obligaciones ya con mi mirlo en el hombro, con mi amigo me sentía mas seguro, emocionalmente autosuficiente, fue por eso que ahora me sellaba los labios con el dedo.
"¡ Oye, parece que soy una atracción.! " Le decía a mi pájaro y la gente por primera vez se ponía rojo de moflete, y uno de ellos me ofreció un cigarro y me dijo que era del barrio e hijo de la Puri la estanquera, que vivía a una esquina de mi pensión y que cuando quisiera lo llamara, me dijo que estaba de descanso y que él hacía imagenes para la tele, que si me animaba a salir en un reportaje de los suyos llamara al número de teléfono que había impreso en una tarjeta muy mona que me entregó.
Le compraba pipas peladas al mirlo y yo me ponía en la Bodeguilla... " Caliente yo por dentro ríase la gente ".
Me gustaba leer todo el papel que encontraba por el suelo para practicar con la lectura y así informarme de lo que pasaba en el mundo, aunque hubiera pasado hacía un mes, a mí me daba lo mismo esa fijación que tiene la gente con el tiempo, siempre con ganas de saberlo todo al minuto, al instante en que se vive.
El ayuntamiento de Barcelona me permitía la mendicidad, porque así bajaba el número de mendigos, lo que nos sobraba a mi y al mirlo , se lo dábamos a los compañeros de miserias, los cuales directamente se limitaban a esperarme desde tempranas horas de la mañana en la Bodeguilla. Desde luego, por fin se me quería aunque fuera en lo marginal de Barcelona.

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