viernes, 22 de mayo de 2009

John a flor de piel.


Habitación 347, tres plantas desde el bar que nunca supo cómo las subió, si en ascensor o a pie. Se apoderó de él mismo cuando se sentó en la cama a reflexionar sobre la escena que había protagonizado……hundido en su propio agujero, John, no podía caer más bajo. Le era muy familiar esa sensación cruzada entre la frustración y la vergüenza, como un maldito cocktail creado por él mismo.

Ya desde pequeño se aficionó a ese tipo de cocktails y tan solo su madre sabía rescatarlo con un “ojos blandos” que le invadía la memoria para devorar todo su dolor. El día que encontró a su madre sin vida, a su regreso del colegio, fue el día en que se quedó con la memoria desnuda.

Él solo quiso sentirse especial ante la deslumbrante Dorothy y agradecer al destino haberle permitido presenciar ese momento en vivo…..pero no supo y se vino abajo ofreciendo un accidente gástrico, sus tripas a flor de piel en un pasaje en el que nada pintaba la piel por una hermosa saturación de flor.

Ya llegó el tiempo de resucitar de entre los muertos en vida, solo una causa entre ceja y ceja……encontrar al señor Parker.

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