miércoles, 13 de mayo de 2009

BELLEZA SUBLIMINAL


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Cuando nací, mi madre cogió la depresión post-parto, empezó a descuidarse hasta quedarse muda, se posó muy quieta en su sofá balancín con una mirada lejana, muy muerta. Había que limpiarla todos los dias, necesitaba una atención especial, a mi madre le daba lo mismo cagarse encima, necesitaba de alguien que la cuidase y mi padre no estaba por la labor.
Mi abuela, su madre, cogió nuestras vidas por las riendas, era su única hija, además su yerno era un pendón.
Mi padre, albañil de oficio, enganchado al vino del bar de la Juani y al burdel que había al lado de la gasolinera. Solo lamentaba de toda la historia de m nacer, la depresión de mi madre, el estado de su casa, sus comidas y el polvo gratis de los sábados, osea, que cuando mi madre se dejó perder, él se fue y mi abuela cargó con mi fealdad...
... En esta ciudad que me vió nacer corre un dicho muy popular, que dice: " cmo te acerques al feo de la Felisa horrendo serás. " Y otros dichos parecidos, mis paisanos me miraban a distancia y eso era para mí el pan del día, sufría a medias ese alejamiento popular, los espejos de mi casa les daban la razón.
No le faltaba nada a mi rostro, pero todo en él estaba mal conjuntado, era consciente de mi fealdad, tenía ojos para mirarme y lo que veía no era de mi agrado, en fin, crecí hacia mi adolescencia, siempre escondido de la curiosidad de mis vecinos.

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