lunes, 18 de mayo de 2009

BELLEZA SUBLIMINAL


( 3 )



" Seguro me querrá como yo a él, será como un rapto, pero el mirlo no lo sabrá nunca, seguro que con el tiempo y buena comida llegará amarme y al final se posará en mi hombro como si de la rama de su casa se tratara. El mirlo apreciará todo el amor que encarcela mi cuerpo. "
En el último domingo de Pascua después de mis obligaciones, me fuí al naranjal y ví lo que llevaba tiempo esperando, ví al mirlo aguardándome un poco agotado de tanto ajetreo con la red en mi trampa. Lo desenredé y sus latidos me golpeaban la mano y parecía que me chillaba, estuve unos segundos dudando de mi conducta, me sentía un poco como esos secuestradores que veía a veces por el telediario, no sé, hubo ceniza esparcida en mi alma que me hizo tener la sensación de estar pecando. Había en mi conducta una agresión no penada que mi conciencia ralentizaba y su plumaje ardía de calor. Lo metí en una jaula que yo mismo construí con los alambres que sobran de las cercas. No llevaban pinchos mi jaula, con los alicates enderezaba las puas y me acordaba de la corona de Cristo y del cura de la iglesia, que a veces iba a casa de mi abuela a darle fuerzas de fé desde la partida de mi madre al más allá.
Mi padre seguía en paradero desconocido, hasta que el tiempo lo hizo invisible, su ausencia acabó borrando lo recuerdos y nunca mas se supo de él ni ganas que tuvimos...
Ya entrada la tarde vino mi abuela, me hizo una tortilla francesa con un tomate troceado y olivas partidas y dijo:
- Toma bebe este vino añejo por tu madre, que ya está donde tiene que estar, criando malvas. Ven con tu abuela que te dé un besazo, ¡ criatura de mi alma !.


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