miércoles, 27 de mayo de 2009

BELLEZA SUBLIMINAL ( 7 )


... Cuando vino mi tía abuela para el último adiós, mi abuela llevaba tres dias enterrada, en ese tiempo de espera yo me sentía muy solo, echaba mano a los dineros que escondió mi abuela debajo del colchón.
Y me imponía mis obligaciones diarias, llevaba esos tres dias comiendo huevos fritos o duros, la tortilla francesa me salía revuelta, la carne se me quemaba o me quedaba cruda, ¡ vivía a base de huevos !.
Cuando tocó a la puerta la hermana de mi abuela lo primero que hizo fue vender la casa que amenazaba ruina pero con una muy buena ubicación y coger los dineros del colchón... luego me ví llegar con el mirlo escondido en un bolsillo interior de mi ropa, a una estación de trenes inmensa, a un sin fin de calles y casas muy altas y la gente no me miraba por la calle...
... Integrarme a la gran ciudad no me costó ningún esfuerzo, pues soy una persona que nunca ha estado integrado en nada, no tengo presiones aunque parezca mentira, eso si, por lo menos Barcelona era más permisible con mi fealdad y solo a veces cuando pasaba algo de tiempo les importaba mi presencia. Me producía una sensación rara que no se metieran con mi cuerpo e incluso tenian un especial querer hacia mi, pero esto me sucedió todo cuando por circunstancias ajenas a mi tuve que hospedarme en una pensión cutre entre la catedral y las ramblas. Allí fue donde me hice mendigo de profesión y me daba para vivir sobrádamente.

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