miércoles, 20 de enero de 2010

Haití.

Nada tengo que decir. Tengo uno de esos días que parecen años de silencio. Bienvenida sea la pausa, que lo congela todo y hasta las moscas parecen aviones de combate en formación. La vida se desparrama por este espacio denso de helado derretido, que pringa mi cuerpo de minutos sin sentido, y yo, sin tener nada que decir.

Fiel amigo del silencio compartido, sin potestad de dirigir mis aguas a contracorriente, para mover en dirección contraria cada molino de trigo que imanta el cauce de este día en el que nada es lo mejor que uno puede decir.

El ruido que emite mi respiración, es el único brillo de espíritu contradictorio que late a media luz, ahora dormido…..soñando con días de viva voz, días en los que el decir será impuesto por mi conciencia, hoy no…hoy no toca nada que decir.

Aplaudo con mis pestañas momentos líquidos que me resbalan, que difuminan mi boca cerrada y se deshace mi alma para huir a templos de susurros y voces mansas, que pasa miedo de tanto silencio, que está asustada ante tanta nada.

3 comentarios:

  1. Comparto tu sentir Luis. Nada se puede articular ante semejante desastre.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Tu capacidad para escribir me subyuga.


    NADA que agregar a tu escrito.

    Un abrazo inmenso, VOS CON TU MECANISMO.


    SIL

    ResponderEliminar
  3. No sabes cómo te entiendo. He intentado decir algo con sentido desde que ocurrió...pero me doy cuenta aterrorizada de que no puedo decir nada.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar