martes, 29 de septiembre de 2009

Una de tantas sinopsis de “la mujer del espejo”.



Nació sin saber querer y sin ser querida y poco a poco, con la vida, fue adquiriendo pálpito. Aplastada por su madre, digerida por un mundo plano en el que no se desenvolvía. Creció entre reflejos sin pertenecerle ninguno hasta que, harta de precariedades, construyó su propio espejo.
Carmen es una cara de un poliedro que todos tenemos o, al menos, alguna vez hemos intuido pasear por nuestras tripas. Un despojo brillante que compite con la luna en plenilunio, una amazona de la carne en busca de espiritualidad, una fragancia atrapada, una hija sin padres……una boca amordazada en pleno griterío.
Aventurarse en descifrarla es saberse perdido, errado de antemano ante una eclosión de emociones fluorescentes inacabadas. A pesar de todo, no visitarla es no sentir.

3 comentarios:

  1. La belleza que en teoría abre todas las puertas o ayuda con un plus extra en determinadas situaciones... Sucede que en infinidad de ocasiones es una inmensa cruz de gruesa madera. Un prejucio injusto sobre la carne y la sensibilidad, de la belleza sobre intelecto.
    ¡¡¡La modelo de la imagen está como un tren!!!.

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  2. "Ese viaje hacia la nada que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada la belleza."
    Se lo dediqué en una de mis canciones a Puri la bizca, alias “vista alegre”.

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