Rasgaré los brillos de mis vestiduras
hasta ser la percha de los bosques.
Seré la mirada del mar en el ojo de la luna.
Regaré tus raíces para que brotes al sol,
podaré lo muerto para abonar la vida.
Nos comeremos el ave Fénix para almorzar,
mojaremos la ilusión en las aguas del Niágara...
A jirones se desquebraja donde no se ama.
Me espera el amanecer en su gran teatro,
me llama en mi sueño para que despierte
en su vida,
para que actúe sin ser testimonio.
A Marta.
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