lunes, 7 de septiembre de 2009

Presagio de un milagro, piedra que mira y piensa.


Abstracta eras, encerrabas tus gestos en barrotes de esquirlas y formas sin forma. Grotesco amasijo de nada, espíritu de dureza, mineral quieto y manso.
Ahora me asombro de tu caída de ojos, pensativa roca que huye y guarece su alma tímida, ceño centrado en una mente calcárea que juega y que llora. Me emociona tu ser creado a cincel, toco tu barba y peino mis dedos con tu cabello…...me siento más pétreo que tu textura, que seguro cabalga en un aire cálido donde el vaho nunca late.

2 comentarios:

  1. llegará un día que los bustos de mármol solo querrán hablar por tu boca...

    ResponderEliminar
  2. No soy el mismo que ya había nacido dentro de la piedra. Alguien en poco tiempo, hizo de mi rostro un texto gestual. Dejó que la duda, hecha trinidad, escapara de mi ceño fruncido, transgrediendo un código secreto con el fin de regalarle a la humanidad toda una vida de asombro.
    Permitiéndole a los hombres, que sus dedos se agudicen entre mis cabellos y las caracolas de mi barba. Y que al hundirlos en mis ojos, acompañen mi mirada por esa recta infinita que debe recorrer un tiempo, irremediablemente largo ...

    ResponderEliminar