lunes, 21 de diciembre de 2009

LOS MINIS DE MI YO.


Al borde del puente que mira la sequedad del cauce en su ansia de beberse el mar, se me atraganta el corazón en mi garganta y no me deja comer ni respirar semejante descubrimiento...
... La impresión de mi super ego grandioso de verse al cuidado ya no de un mini yo, si no de dos. Por dios se me multiplican los enanos como los panes y los peces!!!. Voy a necesitar hacer cumbre en dos ochomiles al unisono, para hacer frente desde sus picos a la incertidumbre que me espera a mi regreso a ese fango abisal de los liliputienses, uno mas que otro, pero igual de cabrones .
Me dicen que yo seré el carro y ellos tiraran de mí, que el número hace la fuerza, que la vida es bella y propia del amor etc...
Seguramente mis pelotas serán las ruedas del carro y mis manos los cuernos del buey... Los voy a llevar a una corrida de toros a ver si sienten la llamada de la tauromaquia y así tenerlos haciendo corridas perpetuas por los alberos del mundo, no estaría mal por los siglos de los siglos.

7 comentarios:

  1. Imagino lo duro que ha de ser tirar del carro cargado, no ya de un super ego, sino de dos super egos...bueno, tal vez este bien que cada ego aguante su carro, o que cada carro tire de su ego, y que aunque seais dos cada palo aguante su vela...¡Creo que estoy desvariando.!

    Un abrazo.

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  2. Anbel falta la imagen de este escrito, es mas frívolo todo.
    Gracias por tu comentario.

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  3. Yo soy menos, pero más. La petulancia es la sombra que cobija mi esencia.

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  4. Bueno no te quejes, al menos tienes dos para tirar del carro, los mios son vagos, ponen el culo en mi alma y me dicen arre!!!

    =) HUMO

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  5. Que bueno, que texto y que foto más esquizofrenicos...
    Me ha gustado.

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  6. Tu imaginación no tiene límites...
    Tu talento le corre al lado,
    tirados de tus pelotas no sé...quizás. !!!!!
    Sos maravilloso.

    Un beso gigante.

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  7. Esto te lo digo con convicción y fervor:¡No lamento haber nacido liliputiense,quiero ser parte de esa fuerza para tirar tu carro Lawrence!
    ¡Qué sutil sentido del humor!
    Te abrazo

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