viernes, 11 de diciembre de 2009

DESDE EL ODIO A LA GOLOSINA , ME EMPACHO

El ausente ha vuelto, la madre deseosa de su presencia, abre en canal sus brazos hambrienta de ese trozo de carne amasado en sus entrañas...
Está feliz de dar prolongación al parásito, su sangre mantendrá en vida a un ser de brotes continuos ,que como fuegos artificiales iluminaran un sin fin de artilugios medievales, cual mas torturoso, el pozo oscuro donde median los miedos de la familia.
Así es el devenir de los que se alimentan del dolor congénito, destrozan para armar su ego enfermo.
No perdono tu huida, ni el trato dispensado a los pocos seres que aún te quieren. Tampoco tu sublime cobardía, siempre a lomos de los progenitores, perforando, taladrando la hermandad con tu penosa y frágil inmadurez, transitas la vida devorando el buen sentir como un niño atragantado de gominolas.
Unos padres entregados a ese hijo pródigo que me produce nauseas y además inevitablemente quiero.