lunes, 13 de julio de 2009

Admirando a la admiradora.


Gracias, seas quien seas, por enredarte en mi musgo y yacer amplia a mis ojos, por embelesar mis escritos y hacer de mi tapia un torreón de occidente. Por vigilar, con esmero, cada derrumbe que cedo.

6 comentarios:

  1. Enredarse en tu musgo, disolverse en tus derrumbes, o bien confluir hacia los límites extremos. Desde tu tapia convertida en torreón de occidente comparto en distante intimidad el delirio -tan envidiable en todas sus formas- que puedo aceptarlo tal cual es, sin esforzarme por comprenderlo.

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  2. Gracias admirador/a.Por quererle sin conocerle.Por darle tanto vigor y sentido a sus descalabros,por encontrar belleza hasta en su calva.Te aseguro que si lo ves de cerca te confias y si lo conoces;le quieres.Gracias cachorro,por ser vos quien sois,por todo...

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  3. Admiradora quise emularte haciendo un comentario en el escrito de COLEGIATA, Hecho por yo mismo con mi mecanismo... Inmediatamente me descubrió.
    Admiradora son muy bellos los comentarios que le escribes a Luis, pido perdón por el intento de suplantar y juro que yo no soy la Nancy de arriba.

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  4. Mariniza Berlín, Nancy!!!!!!!!, no está de más humanizar a los Germanos.

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  5. Vaticino un futuro en el que tanto admiradoras como admiradores estaremos en una nube, entramados por la dependencia que crea el propio apasionamiento, que puede llegar con el tiempo, a modificar nuestro consumo cultural. Este puede ser tangible o intangible. Poco importa. Lo que sí importa es que ciertas porciones muy calladas de nuestro ser se abran a un universo inesperado. Adhiero para que esta Sacra Rota de dotada clarividencia, sea capaz de coexistir en el intento de descubrirse.

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  6. Esas porciones, tan calladas, aprenden mimo de forma vertiginosa. Las mías están por salir a las calles peatonales y ganarse una fortuna en aplausos y sonrisas, solo me queda pintar sus rostros de blanco y vestirlas con camisetas rayadas. ¡¡Viva la pantomima!!

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