jueves, 27 de agosto de 2009

Belleza agitada.


Cuando la belleza se revuelve surge un nuevo concepto estético ambiguo y fundido entre lo sórdido y la lírica. Como un poema sin vocales, como una espina en flor. Algo que aturde y escuece en lo más profundo de uno, que te deja la boca abierta sin ganas de respirar, con claro gesto de devorar todo lo que aquello que observas lanza, sin importarte en absoluto las consecuencias. Es en ese momento en el que te entrevistas a fondo para sacar conclusiones, por si lo que percibes te resulta bello o tosco……pero no llegas a nada concreto, salvo una sensación lejana de boca arenosa y seca.

2 comentarios:

  1. A veces lo percibido y a la vez sentido de la subjetiva belleza, que nos envuelve hasta poseernos, es el espejismo que tu razón percibe como un instante de realidad...

    Otras veces hay un divorcio entre amor y belleza,
    entre tu yo y tu ser, enigmas que solo mueren en la duda, que te planteas a expensas de lo bello y lo tosco, esa fragilidad destructiva que tenemos al tacto con lo puro. Somos así sin necesidad que Dios nos devore sin mas...

    Siempre que se juega la partida de la vida, a cada movimiento, en cada jugada nacen emociones.

    ResponderEliminar
  2. Lo bello y lo tosco están en una misma y frágil balanza que posee un oculto resorte saboteador. Se activa ante el menor indicio de desequilibrio y puede paralizarnos o dar rienda suelta al loco que guardamos dentro.
    ¡Afortunados aquéllos que tienen la suerte de percibirlo!

    ResponderEliminar