Por muy mal que tus ojos se portaran no es justo encerrarlos tras una gafas opacas, muchacha. Seguro que su mirada agacha….por sentirse acosada….sentenciada por un día a ocultar su luz y escarcha.
No conozco si es que matan, sus delitos o sus culpas, pero resulta impropio condenarlos como a Judas.
- Por cierto, ¿a qué te dedicas?
- Vendo cupones de ciegos, ¡¡mamón!!
La ciega al bajel a engrasar el mecanismo de mi garfio y tú te tiras al mar para ser el muso de los tiburones... habrase visto que par¡¡¡¡.
ResponderEliminarmuy bienvenido a mi blog a compartir mi locura personal...gracias...espero comentarios,
ResponderEliminarun abrazo amigo
lidia-la escriba
www.deloquenosehabla.blogpot.com
Curioso revés al texto, sinceramente me ha gustado no me lo habría imaginado, jaja
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