Un paraguas negro
en mi mano blanca,
una brisa oscura
más allá del alba
anida naciente...
... brillan tus lágrimas.
Siento oírte
cuando apareces
extraña de rarezas,
quieres verme y las brumas
te llevan hacia tus soles...
ésos que rigen tus ojos tristes.
Melancólica mirada
que enmudece el encuentro.
Te percibo al parecer
muy dentro de mí
en imagen presa,
te dejo ir si me llamas.
¡ Qué pena alberga mi paraguas !.
en mi mano blanca,
una brisa oscura
más allá del alba
anida naciente...
... brillan tus lágrimas.
Siento oírte
cuando apareces
extraña de rarezas,
quieres verme y las brumas
te llevan hacia tus soles...
ésos que rigen tus ojos tristes.
Melancólica mirada
que enmudece el encuentro.
Te percibo al parecer
muy dentro de mí
en imagen presa,
te dejo ir si me llamas.
¡ Qué pena alberga mi paraguas !.
Sazonas tus escritos con pellizcos de nube, una guarnición ligera a base de mimo y cautela ornamenta su sabor…..exquisito manjar!!!
ResponderEliminarAdmiro la preciosa visión que tienes de las cosas. Todo lo colocas por encima de lo que parece. Y la pintura, en lugar de rivalizar con lo escrito, adquiere la curiosa virtud de elevarlo hacia una plenitud.
ResponderEliminarJuanita valoro tus hermosos comentarios y de hecho me ilusiona esperarlos como el maná caido del cielo...Formas parte del blog, sin tí este espacio sería otra cosa.
ResponderEliminarUn beso.