jueves, 3 de diciembre de 2009

SUEÑOS DE INFANTES

Me envuelves de delicadeza, hasta abrirme en canal con tu roce de sedas. Desfallezco en el empeño de cicatrizar esos mundos con brechas de sangrantes cunas...
Me hallo, porque me siento divisando desde el ocaso, ese reguero de recuerdos hasta el primer llanto. Se pierde la memoria entre escombros que desechan mi regreso a los orígenes.
Alacranes con alas de mariposas emboban y envenenan al niño de mis juegos, quiere retornar al principio y no sé llevarlo.
Con la viveza del gesto que paraliza la vida, te alzaré en las escasas imágenes fragmentadas del remoto pasado, que el tiempo olvidó arrebatarme, irás a ese mundo tan pueril donde lo mínimo era magia y los progenitores dioses.
Mostrarte el principio como fin de algo desconocido, evaporarte de mi vejez...
Te buscaré cuando duerma en ese sol onírico que ilumina mis vacíos.

1 comentario:

  1. Es cierto, una brecha nos separa del mundo de esas aves blancas que a veces, se nos acercan al alma. Y nos embellecen por el solo hecho de contemplarlas. Y nos sorprenden con cada gesto de su aleteo de cisnes que adornan la existencia.
    Cuando tomamos contacto con sus vidas, podemos entrever en su juventud el bello e inconstante universo que también hemos tenido en la nuestra. Pero no caemos en el error de querer igualarlos para recibir su aprobación.
    No hay recompensa más maravillosa, que una de esas aves blancas, vean en nosotros belleza y lozanía sin el necio objetivo de la competencia,
    pero con la grandeza de la comprensión.

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